NOVIEMBRE 2011


Tal vez sea un consuelo nomás ante la brutal realidad de que sigan ganando los mismos.
Puede ser.
Lo cierto es que por las elecciones primarias, o por lo que sea, un centenar de nuevas voluntades se incorporó a la política de Ituzaingó por primera vez.
Un centenar de vecinos de Ituzaingó que dejó la tranquilidad de su vida habitual y rutinaria para comprometerse con una idea común a todos, no importa la edad, ni el partido donde desarrollaron su febril labor durante varios meses. La idea de buscar el bien común, de modificar lo duro y equivocado de nuestra realidad cotidiana desde adentro, como corresponde.
Cien personas que entendieron que convertirse en ciudadanos no pasaba solamente por ir a votar cada dos años y se acercó al candidato local que mejor lo representaba.
Así comenzaron a participar de reuniones donde vieron que el mundo de la política estaba mucho más cerca y al alcance de lo que algunos pícaros se encargan siempre de ocultar.
Al igual que apóstoles en cada uno de sus barrios se dedicaron  a predicar la necesidad de un cambio, criticando los errores del partido gobernante y esbozando algunas modificaciones posibles.
Noches de debate e intercambio fueron pariendo propuestas en concreto, muchas de las cuales iban saliendo de los mismos vecinos vehiculizadas por estos militantes, muchos de los cuales no habían participado jamás en una elección a nivel local.
De allí se fueron perfilando los que pintaron los carteles, pegaron afiches, repartieron material impreso casa por casa, pusieron su vehículo para los actos, se hicieron cargo de entrenar fiscales, y sobre todo de ponerse la camiseta, de construir una alternativa para el pueblo.
Después de 16 años con el mismo gobierno, usted entenderá que excluimos de estas líneas a los que trabajaron para el intendente Descalzo por dos motivos: el primero que han sido rentados en su totalidad. El segundo que por razones obvias no constituyen una alternativa, sino la más singular continuidad del modelo de administración actual.
Lamentablemente esos 16 años se van a convertir en 20 por obra y gracia de una serie de desaciertos de los votantes de Ituzaingó, muchos de los cuales –estando en disconformidad con la gestión- no fueron a votar, premiándola con otro período de 4 años.
Y más lamentable aun es que la mayoría de estos 100 luchadores seguramente siente que se ha involucrado en vano. Nada más alejado de lo que Ituzaingó necesita. En estos 16 años muchos de los opositores al intendente actual le han obligado a cambiar la agenda política y el rumbo de su gobierno.
Cierto es también que esto no alcanzó para construir una alternativa de gobierno concreta que pudiera ganar la Intendencia o quebrarle a Descalzo su hegemonía en el Concejo Deliberante. Pero también es real que cada período que acumula como jefe del gobierno comunal lo acerca más al desgaste y en definitiva al ocaso como líder natural en Ituzaingó.
Sirvan estas líneas como reconocimiento y estímulo a estos 100 luchadores para quienes también va este consejo: solo desde abajo vienen los grandes cambios, tómense el verano para descansar y también para ir preparando un trabajo militante, tal vez el más fructífero y menos rechazado por el vecino común. Un trabajo de militancia no comprometido con una elección pero sí con la real y cotidiana necesidad de sus vecinos.
Desde aquí estaremos listos para reflejar en estas líneas lo que en ese sentido se haga y que para el 2013 sean 200 las voluntades y miles los vecinos que quieran un cambio y se animen a luchar por conseguirlo.


 Daniel Jorge Galst